FINALIZA LA HUELGA EN LA ACERÍA GRIEGA TRAS 272 DÍAS DE LUCHA HERÓICA
01.08.2012

Asprópirgos, en la fábrica de la Acería Griega, lunes 30/7, 9.05 de la mañana.
Los obreros de la Acería Griega que
estaban en huelga, después de nueve meses (272 días), entran de nuevo
en la fábrica por la entrada central, formando manifestación, alzando
el puño y llevando un clavel en la mano. Aplican la decisión de su
vigésima asamblea general que se celebró el mediodía del sábado, según
la cual entran en la fábrica para continuar su lucha de otras formas,
derrumban una vez más el plan del empresario Manesis que ya había
hecho claro que quería llevar la huelga a la decadencia, desmantelar el
sindicato de trabajadores y, para lograrlo disfrutó de la plena ayuda
del gobierno, que puso en su disposición los medios estatales de
represión.
Los obreros en huelga con todos los
miembros de la Administración del Sindicato de la “Acería Griega”,
liderados por el presidente, Giorgos Sifonios, pasaron la entrada de
forma organizada, siendo los verdaderos vencedores de esta batalla de
huelga que duró nueve meses. Habían precedido las aspiraciones
ofensivas de la patronal, con las lecheras de los Medios de Represión
aparcadas en la entrada para permitir la entrada a los trabajadores uno
a uno, tras la muestra de su DNI y la aprobación de dicha entrada por
la patronal. Su desisión obligó a la patronal a retroceder. Con el
retroceso simultáneo de los Medios de Represión y las demás fuerzas de
la policía, los obreros sólos, abren la puerta central y se dirigen a
sus puestos, bajo los aplausos y las consignas de los compañeros que
apoyaban: “Nueve meses de huelga, esta huelga se recordará para
siempre”, “El acero se hace con sangre y sudor, los obreros no agachan
la cabeza”, “lucha, conflicto, derrumbe, los obreros de la Acería
muestran el camino”.
La decisión de detener la huelga y
continuar la lucha de otras formas se hizo tras la propuesta unánime
del Consejo de Administración del sindicato, presentada por Giorgos
Sifonios, que fue apoyada por la inmensa mayoría de la asamblea. En la
propuesta, entre otros, se refería:
Hace 272 días, tras el dilema
de trabajar cinco horas o que se despidieran 180 obreros, por medio de
nuestra asamblea, respondimos unánimemente con la huelga. Es decir,
hicimos lo que debía hacer cada obrero con autorespeto y con respeto a
su clase. Ninguno de nosotros, en aquél momento podía prever
que empezabamos una huelga que se volvería una de las luchas más
brillantes del movimiento obrero de nuestro país e internacionalmente,
que se volvería un punto de referencia. (…). La conclusión es
que nunca lo aprenderíamos ni lo obtendríamos si no vencieramos el
miedo. Si no hubieramos entrado unidos y decididos en la lucha.
Tenemos un balance muy rico.
Organizamos 20 asambleas, donde
colectivamente evaluabamos la situación y determinabamos nuestros pasos
en adelante. Al lado del Consejo de Administración, constituimos
varios comités que ayudaban en la organización mejor, en la guardia, en
la agitación y en la solidaridad. Entraron todos los miembros de
nuestras familias en la lucha, fueran mujeres o niños. Dirigimos un
llamamiento abierto a toda la clase obrera y al pueblo trabajador, para
que apoyase nuestra lucha. Levantamos un movimiento de solidaridad
único desde todas las partes de Grecia, asi como desde varios lugares
del extranjero.
Organizamos delante de la fábrica más
de 50 actos, concentraciones, manifestaciones, conciertos,
presentaciones de libros, actos para niños, para las mujeres… Pasamos
todos juntos la Navidad, la Nochebuena, el Carnival, la Pascua, nos
volvimos a través de la lucha una “familia”, tal como deben ser los
obreros. Por la entrada de la Acería pasaron miles de trabajadores, de
jóvenes, de pensionistas, de colegiales, de universitarios, de
trabajadores de todo el mundo. Se creó una escuela de educación
clasista. Llevamos nuestra lucha fuera de la puerta de la Acería, llegó
hasta el fin del mundo. Trasladamos la llamada de los obreros de la
Acería a decenas de fábricas en Ática y en otras ciudades. Son
centenares las manifestaciones y los actos de solidaridad que tuvieron
lugar en toda Grecia y en decenas de ciudades del extranjero.
Provocamos una serie de huelgas de solidaridad en Triasio, en Ática, en
Volos, para que se organizase mejor la resistencia de los obreros en
muchos puestos de trabajo. Nuestra lucha se volvió una fuente de
inspiración de lucha para los obreros, para los jóvenes, para los
estudiantes. Son centenas las cartas emocionantes por parte de
estudiantes que expresaron su solidaridad. Se escribieron poemas, se
hicieron canciones y es cierto que seguirán escribiéndose aún más en el
futuro. Nuestra lucha se leerá, se conversará, se cantará por muchos
años más.
Oferció una experiencia rica y
conclusiones para que sirvan en las luchas del futuro. Por eso, su
oferta es grande. Algunos se preguntan con buena fé y otros con mala: ¿Y qué salió de esta lucha? ¿Qué es lo que ganaron los obreros de la Acería, ya que sus revendicaciones no se realizaron?
Nosotos les decimos que la respuesta es simple. Ninguna gran lucha se
hizo ni se hará, habiendo asegurado las condiciones para la victoria,
habiendo previsto sin errores todos los casos. En la vida no hay tales
luchas. Sólo en la mente de los burócratas o de los miedosos.
El resultado de la lucha no se
cuenta sólo con lo que uno obtiene o no obtiene de forma material. Hay
luchas que ofrecen mucho más de lo que se ofrece en forma material,
porque preparan los siguentes pasos y las siguentes batallas de la clase
obrera en total. Ayudan en la concienciación general, para que se
rompa el terrorismo, se vuelven puntos de referencia. Tal lucha es la
lucha de los obreros de la Acería y así se debe evaluar. Así la han
evaluado todos los trabajadores, por eso, desde hace mucho tiempo, nos
consideran vencedores.
¿Qué es lo que conseguimos con nuestra
lucha? Nuestra lucha llevó al escenario la fuerza y el valor de la
lucha clasista, la gloria y la fuerza de la solidaridad obrera. Los
dones, y las buenas tradiciones del movimiento obrero y popular en
nuestro país. Se rompió el miedo, la imposición de la patronal, se
golpeó la sumisión, el malestar. Provocó un golpe importante al
realismo, a la lógica comprometida del sindicalismo patronal y
gubernamental, la estafa del llamado diálogo social.
Probó de forma muy expresiva quienes son los productores de la riqueza, y quienes lo roban.
En la puerta de la Acería se reveló
más expresivamente el conflicto de dos clases contradictorias, de dos
mundos, de dos civilizaciones en contradicción. Por una parte la clase
de Manesis, con su gobierno, su estado, su justicia, sus medios de
propaganda y su gente en los sindicatos. Por otra parte, los obreros de
la Acería, con su clase, con la compaciencia, la solidaridad del
movimiento obrero clasista y de sus aliados.
Ninguno de nuestros enemigos, Manesis,
el gobierno, el sindicalismo gubernamental y patronal esperaban que
fueramos tan fuertes. Nos subestimaron, nos consideraban inferiores,
miedosos, sumisos, y perdieron. Intentaron además, calumniar al
esfuerzo que hicieron miles de trabajadores, apoyando incluso
materialmente nuestra lucha, diciendo que “nos están pagando para hacer
huelga”. Intentaron igualar la solidaridad obrera que la clase obrera
nos ofreció de lo poco que le quedaba para que aguantasemos nosotros y
nuestras familias con el soborno. Sin embargo, no lo consiguieron,
porque nuestra lucha grandiosa no se mancha. Les vencimos a todos,
esta es nuestro balance. Les vencimos porque teníamos razón,
porque estamos unidos. Porque no pudieron rompernos, por muchos
esfuerzos que hubieran hecho. Porque trabajabamos en base al lema “uno
para todos y todos para uno”. Porque luchabamos y, simultáneamente,
guardabamos nuestra lucha.
Se probó de la mejor forma quienes son
los productores de la riqueza, quienes tienen la fuerza en sus manos,
que “sin nosotros los engranajes no giran”…
Logramos lo que, quizá, nueve meses
antes, se consideraba increíble. Obreros en huelga por nueve meses para
que sus colegas vuelvan al trabajo. Despedidos en huelga de nueve meses
para que vuelvan al trabajo. Nunca se había hecho esto de nuevo.
Al final, el enemigo no logró vencernos con todo esto y se le forzó a
quitarse la máscara de la “democracia y del diáloso” y presentarse tal
como realmente es, un tírano, un enemigo de los obreros. Se forzó a
dejar aparte todos los pretextos para usar su última arma, los
mecanismos de represión, algo que hoy es más fuerte que nosotros.
Todo el mecanismo estatal, el
gobierno, los partidos del capital, la justicia clasista, los medios de
comunicación masivos, las decenas de lecheras de las fuerzas de
represión, las decenas de coches de la policía y las centenas de
policías secretos se coordinaron para defender a su patrón, a Manesis.
Para golpear a sus enemigos, a los obreros en huelga. Para golpear a
nosotros, que, desde hace años, con nuestro sudor, les damos de comer a
todos ellos.
La reivindicación para cambios
en los horários y los salarios que se prevén en nuestro contrato de
empleo colectivo reaparecerán pronto por Manesis, que ahora los ha
retirado temporalmente, a causa de la huelga. Esto lo sabe también el
enemigo, sabe que la lucha no termina al terminar esta huelga, y por
eso toma él también sus medidas para el cómo nos confrontará en
continuación.
Podemos afrontar la nueva situación,
tal como afrontamos las otras fases difíciles de nuestra lucha. Unidos,
colectivamente bajo la dirección del Consejo Administrativo de nuestro
Sindicato. El enemigo ahora aspira a romper esto, para tener sus manos
libres a continuación. El Consejo Administrativo del sindicato,
tomando en consideración la nueva situación que se creó, la necesidad
de continuar dando la batalla de forma organizada, propone el
detenimiento de esta forma de lucha.
Entramos de nuevo a la fábrica, de
forma organizada, con la cabeza en alto, tras nuestra decisión y con
nuestra voluntad. Con nuestra unión organizada, continuamos con otras
formas de lucha. Continuamos con el esfuerzo de realizar nuestras
revendicaciones. Para que se recontraten directamente 40 colegas
nuestros que son despedidos. Para que se recontraten graduamente los
demás dentro de un período lógico. Para que no se haga hasta entonces
ninguna contratación nueva, aparte de la de nuestros colegas que se
despidieron. Todos juntos, el Consejo de Administración, el comité de
mujeres, el comité de despedidos, continuamos tal como se hace hasta
hoy, luchando para los problemas que tienen que ver con los préstamos
de nuestros colegas en los bancos, con las facturas de las Empresas
Públicas, con los medicamentos, la salud etc. Estamos en alerta para
reaccionar directamente y combativamente en caso de que la patronal
remueva la revendicación de cambio de horarios y de salarios.
Utilizaremos todo medio para que se investiguen las denuncias que
llegaron a publicarse sobre la existencia de material radiactivo.
Utilizaremos, para todos los asuntos todos los límites legales que hay.
Agradecemos desde lo más
profundo de nuestro corazón a todos los trabajadores en Grecia y en el
extranjero por haber apoyado material y moralmente nuestra lucha durante
nueve meses. Sobre todo agradecemos al PAME, que, a lo largo de
nuestra lucha, día y noche, nos ayudó y continuará ayudándonos. Apoyó
prácticamente a todas las decisiones e iniciativas que tomamos,
trasladó el mensaje de los obreros-héroes de la Acería a todos los
rincones del país, a todo el mundo. Precisamente por esa participación
suya lo combate y lo calumnia diariamente el enemigo.
Sabemos que la Historia nos hizo la
frontal de esta lucha. Sin embargo, no somos creídos, porque sabemos
que una pequeña parte de la clase obrera, como somos nosotros, no puede
combatir a todo el mecanismo estatal, derrumbar la situación en
completo, si en su totalidad la clase obrera no sigue el camino de los
obreros de la Acería, si no se cambian en general las correlaciones
políticas incluso en el movimiento obrero.
Compañeros:
Nuestra lucha ya es un gran
legado. Nuestos hijos caminarán con la cabeza en alto, estarán
orgullosos porque sus padres habrán cumplido su deber. Porque
mantuvieron la cabeza en alto, combatieronla humiliación y el terror de
la patronal. Porque no se agacharon, lucharon por un futuro mejor para
ellos y para sus hijos. Nuestra lucha será objeto de conversación y de
admiración en las generaciones futuras, será una fuente de
inspiración. Volvemos con la cabeza en alto, y, de momento, continuamos
la lucha por la realización de nuestras reivindicaciones de otras
formas.
¡Que viva la lucha heróica de los obreros de la Acería!
¡Que viva la clase obrera!
¡Que viva la solidaridad obrera!
¡La lucha continúa hasta la victoria final!”
En su anuncio, el Secretariado
Ejecutivo del PAME ilumina entre otras cosas que: “La semilla que se
sembró florecerá en las nuevas Acerías que estallarán el período que
viene, porque viene una nueva tormenta de medidas antilaborales. Cada
momento de su lucha fue una lección importante para la clase oberea,
para que saque conclusiones útiles para la lucha de clases.
¡Enseñó qué significa heroismo
y sacrificio personal! ¡Enseñó el caracter de la solidaridad obrera!
¡Iluminó el contenido del conflicto por medio de muchas formas!
¡Iluminó la necesidad de la lucha organizada! Reveló el conflicto sin
cesar entre el capital y el trabajo asalariado. La lucha de los
obreros de la Acería detuvo, incluso temporalmente las tácticas y las
planificaciones más ámplias de los empresarios. La huelga empezó al
momento que en los cajones de varias fábricas estaban ya preparadas las
órdenes de trabajo aleatorio y del ataque más generalizado. Confirmó
que sólo la línea de la lucha clasista, del conflicto con la patronal,
el gobierno y los organismos imperialistas puede dar tal tipo de
luchas. La lucha de los obreros de la Acería provocó, entró
en conflicto con el dicho realismo del sindicalismo gubernamental y
patronal. Dentro de estas condiciones presionó a Confederaciones y
Centros de Trabajo que estaban con el lado de la patronal, para que
hicieran huelgas y parones. Los obreros de la Acería, que dieron esta
lucha también, tal como los que la apoyamos, estamos orgullosos. Su
puño alzado por nueve meses es la fuerza para las luchas que vienen. La
Asamblea General del sindicato de los obreros en la Acería juzgó que
ahora es el momento apto para que se complete esta gran huelga.
Algunos que, a veces vestidos de
luchadores, a veces vestidos de bombero para la radicalización de las
conciencias obreras, durante todo este período buscaban defectos en la
lucha de la huelga, intentando aislar y manchar al sindicato de los
obreros de la Acería, intentan parecer sagrados y juzgadores, evaluando
desde la seguridad de su postura. Pero las luchas no son momentáneas,
para que sepas qué pasará al momento siguente.
La lucha de los obreros de la Acería
demostró que, cuando la clase obrera decide parar el engranaje de la
explotación,éste no gira. Cuando la cisterna de la Acería permanece
fría, todos los Manesis, son nulos. Reveló la fuerza interminable que
tienen los obreros si creen en su fuerza y deciden entrar en conflicto.
La vida en sí ha desde ya clasificado nuestra lucha entre los combates
clasistas duros, una piedra en la lucha interminable de los obreros
frente a sus explotadores”, cita el anuncio del PAME
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