¿FUERZAS DE REPRESION O REVOLUCIONARIAS?
18 de Julio del 2012.

Iván Alonso
La realidad es mutable y como tal no
hay valores tan absolutos como el A.C.A.B o el hecho que las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad sean necesarias para la revolución.
La principal función de un policía o de un militar no es proteger al
ciudadano, es defender el orden establecido. A ellos se les prepara
para ello, sus sueldos, sus prevendas, incluso en muchos casos sus
relaciones sociales o su estabilidad dependen por completo de su
trabajo y de esta labor. Eso sumado a que no se ha ejercido una labor
de concienciación por parte del partido, hace muy difícil que de base
se vayan a poner de nuestra parte.
Los militares y los policías de rangos inferiores, aquellos que más
cercanos pueden estar a la clase obrera, se encuentra bajo la
dominación absoluta de una de las aristocracias obreras más sobornadas e
ideologizadas por el capital, como es la casta de altos cargos que
poseen todas las organizaciones de represión. Pretender que este grupo
que puede decidir quien es policía y militar y quien no o incluso
convertir la vida de sus subordinados en un infierno apoye al pueblo
obrero, es ser un completo iluso.
Esto no se contrapone al hecho de que el deber del partido
comunista, tarde o temprano, sea atraerse a los sectores más
proletarios de las fuerzas de represión, incluso enviar a algunos de
sus militantes a formar parte de ellas para servir de vanguardia en
esas organizaciones. Pero realmente antes de eso el partido tiene otras
prioridades, volver a recuperar la influencia en los sectores
productivos y atraer a la gran masa de los trabajadores de otros
sectores vitales para la economía del país.
Obviamente también hay que tener en cuenta que aunque esta labor sea
importante, no es la clave para provocar el cambio social. Ellos tienen
armas y entrenamiento, pero si la revolución tiene lugar, es porque el
pueblo tiene armas para defenderla. Actualmente entre policías y
militares de todo tipo, solo existen en el estado 650.000 efectivos; el
pueblo alzado en armas con la convicción de la necesidad del cambio es
mucho más grande y mucho más poderoso, o debería serlo si realmente se
ha tomado la decisión de llevar a cabo la insurrección. Llegado el
momento ellos decidirán a que lado estarán de nuestros fusiles, ya que
las armas debe empuñarlas el pueblo con la clase obrera y especialmente
su partido a la cabeza, no militares ni policías.
Dejando a un lado la teoría revolucionaria, actualmente en la
coyuntura de represión desmesurada en la que nos encontramos, es
nuestro deber como comunistas la agitación social, la denuncia a la
represión, actualmente ellos son las armas del enemigo del pueblo y
mientras actúen como tales debemos evidenciar su papel, ya que cuando
el capitalismo se recrudece el odio de las masas se acrecienta, pero
nuestro deber es verlo todo con una mirada científica para poder
redirigirlo a objetivos revolucionarios y elevar sus conciencia. La
policía cumple un papel, así que por mucho que duelan sus porrazos y
esto nos embrutezca, no debemos perder la visión marxista de la
situación porque de así hacerlo perdemos nuestro papel como vanguardia
en el cambio social.
La cuestión es ¿tiene sentido apoyar sus luchas económicas? En la
coyuntura actual debido al papel que están jugando, no. ¿tiene sentido
enfrentarse a ellas? Tampoco, igual que no nos enfrentaríamos a otros
miembros de la aristocracia obrera que han tenido sus propias luchas,
como el resto de funcionarios o los controladores aéreos.
En estas circunstancias nuestro deber es seguir mirando por los
intereses de la clase obrera y preocuparnos de sus asuntos. Denunciar
la represión, pero no dejarnos llevar por el odio hacia la policía.”
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