Traducido del ruso por Josafat S. Comín
El año 2013 acaba bajo el estrépito de los truenos del combate por
el futuro del país. Un combate que no se libra entre ejércitos. Una
batalla que ni siquiera sucede en el interior de Rusia. El combate
decisivo se ha desatado hoy en las calles de Kiev.

EN KIEV, LOS CURAS PARECE QUE TIENEN OBJETIVOS NADA ESPIRITUALES
Después de todo, los acontecimientos que se están sucediendo allí,
nada tienen que ver con la elección de Ucrania entre la asociación con
la Unión Europea o el ingreso en la Unión Aduanera.
Lo que está en juego es completamente distinto: ¿Logrará occidente,
que se debate por zafarse de la telaraña de la crisis, someter y devorar
los recursos de la hermana república o podrán los rusos y ucranianos
encontrar el camino para lograr aunar fuerzas, salir de la crisis y
proteger su tierra de la expansión exterior?
Para nuestro partido las relaciones con Ucrania y Bielorrusia
siempre han sido la prioridad principal. Todo lo que está ocurriendo hoy
en las calles de Kiev está directamente relacionado con la cuestión
común de nuestra supervivencia histórica.
Nunca podré olvidar mi intervención de hace diez años en el Consejo
de relaciones internacionales en Nueva York. Había allí altos
representantes de todos los servicios del Departamento de Estado de los
EE.UU.
Me vi completamente sorprendido, cuando uno de ellos se me acercó y mirándome a los ojos me dijo con total sinceridad: “Nuestra
tarea principal consiste en que ustedes no puedan nunca sumar los
potenciales de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Si ustedes consiguen llevar
a cabo esa posibilidad, aclaró mi interlocutor, volverán a ser de nuevo
una potencia mundial”.
Su lógica es absolutamente comprensible. El interés de estos señores
pasa por explotar los recursos naturales, ucranianos y rusos, sin
ningún tipo de disimulo. Nos quiere adjudicar el papel de peones en sus
campos de labranza, de mano de obra barata, de personal que mantenga los
oleoductos y gaseoductos, sus canteras o explotaciones forestales.
Para el capital internacional es impensable permitir el acercamiento
entre Rusia y Ucrania. Por eso, violando todas las normas del derecho
internacional, de la capital ucraniana no se despegan los altos
emisarios europeos y norteamericanos.
Ese occidente que tanto gusta de calificarse de “democrático”, no se
avergüenza en recurrir a la ayuda de esos niñatos fascistoides que
derriban monumentos y provocan derramamiento de sangre.

LENIN NO CAERÁ JAMÁS DEL PEDESTAL DE LA HISTORIA, SEA EN UCRANIA O EN MOLDAVIA
No puedo dejar de recordar que el monumento a Lenin derribado en
Kiev era sin duda único. Creado en 1939, estuvo expuesto en la
exposición internacional de Nueva York.
En unos Estados Unidos acuciados entonces por los problemas
económicos, nuestro pabellón sorprendía a todos por los resultados y
logros del gobierno soviético. Por cierto que en el monumento se podían
leer las palabras de Lenin, cuando decía que la unidad de acción de los
proletarios rusos y ucranianos hará posible una Ucrania libre y que sin
esa unión no podría haber nada parecido. La vida ha confirmado la
justeza de esas palabras.
Ese “aquelarre de brujas” que montaron en Kiev en gran medida fue posible debido a la ambigua postura del gobierno.
La tabla de medir, de la que sin sin duda podamos extraer muchas
conclusiones, es el enfoque que dan los medios de información rusos a
los acontecimientos de los últimos tiempos, tanto en Kiev, como en
Chisinau.
La cobertura informativa de los acontecimientos ucranianos se ha
desarrollado en Rusia de un modo muy amplio y sin ningún tipo de
impedimento. Mientras que la lucha desatada en Moldavia entre los clanes
prooccidentales y los partidarios de la amistad con Rusia durante todas
estas últimas semanas, ha quedado fuera del foco de interés de los
medios de comunicación rusos. ¿Por qué?
La explicación hay que encontrarla, en el hecho de que en Ucrania en
el centro de la confrontación en Maidán, se encuentran partidos de
colores distintos, pero burgueses en el fondo.

UCRANIA SABE QUE RUSIA ES MEJOR NOVIA QUE EUROPA, AUNQUE ALGUNOS NO LO CREAN
Mientras, en Moldavia, la polarización es absoluta entre un gobierno
abiertamente prooccidental y sus contendientes encabezados por el
Partido Comunista. Así se explica que un muy indeciso Yanukóvich sea más
atractivo para el gobierno ruso que el comunista Voronin. Ni que decir
tiene, que el interés de clase se ha antepuesto al interés nacional.
Con los acontecimientos de Ucrania, el foco de atención de la Rusia
oficial se concentra en un estrecho marco: o Yanukóvich o la oposición
prooccidental. Cuando en realidad la única fuerza política que se
muestra activamente partidaria del ingreso de Ucrania en la unión
aduanera es el Partido Comunista encabezado por Simonenko. Pero este
hecho es prácticamente silenciado en ese flujo informativo creado por la
mayoría de los periódicos y canales de televisión rusos.
Todas esas dudas del gobierno tanto de Ucrania como de Rusia, su
falta de preparación para dar una respuesta clara a las pretensiones de
occidente son perfectamente explicables.
Por un lado, comprenden que la excesiva complacencia en el trato con
los socios euroatlánticos trae consigo grandes peligros: nos tragarán
sin atragantarse. Pero por otro lado, cuando tus capitales se encuentran
en los bancos occidentales y no hay ninguna disposición a sacrificarlos
o traerlos de vuelta a tu país, entonces el estatus de rehén político
está garantizado de antemano.
El curso de los acontecimientos ha venido a demostrar claramente que
los únicos que defienden una postura consecuente y patriótica son los
comunistas. Conjuntamente con nuestros camaradas del Partido Comunista
de Ucrania, estamos haciendo todo lo posible para el mantenimiento de
las reacciones de hermandad entre nuestros pueblos. Por separado no
tenemos nada que hacer.
La lucha por el reparto del mundo, en las condiciones actuales de
agravamiento de la crisis capitalista, resulta cada vez más dura y
descarnada. Y se está produciendo ya directamente en el umbral de
nuestra casa.
(extracto del artículo “Al 2014 con optimismo bolchevique”)
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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