
Efectivos policiales y militares lanzaron el martes gases lacrimógenos a cientos de estudiantes que bloquearon las calles de Tegucigalpa, capital de Honduras, para rechazar los resultados anunciados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que dio la victoria al candidato oficialista Juan Orlando Hernández.
Según los indignados, el triunfo de la jornada electoral corresponde a la candidata de izquierda, Xiomara Castro, del Partido Libertad y Refundación (LIBRE).
"¿Por qué convocan al pueblo a elecciones, si después no van a respetar los resultados? Ha habido un gran fraude", dijo uno de los estudiantes, quien se identificó como Carlos García.
El coordinador general de LIBRE, el expresidente Manuel Zelaya, derrocado por una alianza cívico-militar de derecha el 28 de junio de 2009, reiteró que el conteo de sufragios del TSE no se corresponde con la realidad, y advirtió que defenderá el presunto triunfo de su esposa "en las calles", si es necesario.
Desde el exterior, la coalición española Izquierda Unida (IU), en una nota de prensa, denunció que las elecciones hondureñas estuvieron manipuladas para evitar el triunfo de Castro.
El responsable de Derechos Humanos y Solidaridad Internacional de IU, Francisco Pérez, tildó de irregularidad el hecho de que el Gobierno hondureño proclame a un vencedor sin esperar al escrutinio final, y agregó que, de hecho, la oposición tiene todo el derecho a impugnar los resultados y exigir un recuento urna a urna.
Además explicó que hubo una excesiva militarización del proceso electoral, con una presencia intimidatoria del Ejército hondureño en los centros de votación durante toda la jornada.
En un lento escrutinio, el TSE, en su último reporte, anunció que con el 68,28 por ciento de las actas computadas, Hernández -ya inalcanzable, según el propio presidente del órgano electoral David Matamoros - encabeza la lista con el 34,13 por ciento de los votos (741 mil 182) seguido por Castro, con 28,89 (627 mil 439).
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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