¿ POR QUÉ RAJOY NO ACABA DE DIMITIR?
11.02.2013

Es de imaginarse que ocurriría si en
algún país de Latinoamericana, África o el Medio Oriente se
escenificaran las constantes y multitudinarias protestas
antigubernamentales que tuvieron lugar entre 2012 y 2013 en España,
campeón internacional de huelgas y manifestaciones en estos dos últimos
años.
De seguro, si fuera en una nación del
llamado Sur, ya la Unión Europea (UE) hubiera demandado la dimisión del
mandatario, mientras Estados Unidos a través de la Organización de
Estados Americanos (OEA) u otras internacionales a su servicio,
incluida la ONU, estuviera tramitando una condena, y hasta una eventual
intervención armada.
Sin embargo, en el caso de España, ni
la UE ni Washington han dicho una sola palabra sobre el caos que se
vive en esa nación ibérica, enfrentada a una crisis económica profunda,
sin vislumbrarse una salida, al tiempo que los niveles de desempleo, 6 millones, y la pobreza se disparan, y los recortes sociales son cada vez mayores.
No hay un solo sector español que no haya protagonizado protestas contra el desgobierno del derechista presidente Mariano Rajoy, quien además junto a sus más cercanos colaboradores del oficialista Partido Popular (PP) está envuelto en un escándalo de corrupción que ha agravado el panorama político en ese país.
Rajoy y sus “amigotes” se han llenado
los bolsillos con dinero sucio a través de pagos irregulares, mientras
el país atraviesa la peor situación socioeconómica de los 30 últimos
años, lo que ha generado un incremento del descontento popular.
Pero aún peor, los corruptos del
ejecutivo de Rajoy, sin el menor escrúpulo, han amenazado con demandar y
enjuiciar públicamente a quienes los acusan de robar del erario
público.
Respondiendo a esa conducta agresiva
del PP, un analista de una televisora española subrayó que si el
gabinete derechista inicia esos procesos judiciales, no les alcanzarían
los fiscales y los juzgados del país porque son todos los ciudadanos
de ese Estado europeo quienes los han denunciado de corruptos.
Las amenazas de los colaboradores de
Rajoy se unen a la represión policial, las torturas y las detenciones
escenificadas en España en los últimos tiempos que constituyen
flagrantes violaciones de los derechos humanos, silenciadas por sus
“aliados” de Estados Unidos y la UE.
La conducta de doble rasero del llamado
Grupo de los 27 y de la administración norteamericana se ha visto
claramente evidenciada una vez más ante los acontecimientos en España,
que, por cierto, pueden desembocar en un conflicto de graves
consecuencias.
Sin embargo, la Casa Blanca y los
regímenes de los países, también en crisis, miembros de la UE mantienen
su sordera ante la algarabía española, lo que de seguro no harían si
ello ocurriera en Latinoamérica, África o el Medio Oriente.
Como reza un refranero popular, otro
gallo cantaría, en este caso gritaría, si fuera una nación del Sur el
escenario de los hechos actuales en España. El homologo de Rajoy ya
hubiera sido obligado a dimitir, o quizás juzgado o asesinado.
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