
HAY UNA LATINOMÉRICA QUE PLANTÓ CARA A LOS DOS IMPERIOS
La cumbre de la CELAC y la Unión Europea concluyó en Santiago de Chile con dos conclusiones claras.
La primera, comprobar cómo la vieja y puta Europa, acorralada en sí
misma por su dedicación a la estafa y a la represión de sus pueblos,
para enriquecer a sus empresarios y banqueros (auténticos mandatarios en
la sombra), suplica a Latinoamérica que le permita acceder de nuevo a
sus riquezas, utilizando un arma de destrucción masiva como son los
Tratados de Libre Comercio.
El objetivo fue claro: elogiar las conquistas de algunas naciones de
la región, presentando ofertas para expoliar al nuevo continente,
ofreciéndo a sus organizaciones mafiosas un escenario ideal para ello,
como es un territorio al otro lado del Atlántico con derechos sociales
castrados, donde el trabajador puede ser expulsado de su puesto sin el
menor coste para el mercader.
La segunda: comprobar cómo naciones aún enquistadas en el servilismo
hacia el imperio y el neofascismo (Colombia, México, Paraguay, Chile,
Honduras, Panamá o Perú), han aceptado las condiciones impuestas por la
Unión Europea.
Por el contrario, otros países que caminan hacia una verdadera
independencia, desarrollando programas sociales que benefician a sus
ciudadanos, implementando políticas en las que se exige a la otra parte
que el trato debe ser de igual a igual, no han firmado tales acuerdos,
limitándose a proponer ulteriores conversaciones de cara a futuros
pactos comerciales, en los que las ventajas han de ser comunes y no sólo
para una de las partes.
Venezuela, Cuba, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Brasil, Ecuador o
Bolivia han mostrado al Viejo Continente que existe otra Latinoamérica
en pie, erguida frente a un Europarlamento entregado política, comercial
y militarmente a los Estados Unidos de Norteamérica.
El “Patio Trasero” de la Casa Blanca, que comenzó a desmoronarse en
1959, va siendo abandonado por millones de ciudadanos que se enfrentan
con dignidad y verdadero patriotismo a los Padrinos del IV Reich.
El Alba ilumina la salida hacia un inmenso campo de incruentas
batallas, donde el ideal de un mundo mejor, posible y necesario, se ha
convertido en un arma de construcción masiva que defiende el derecho de
todo ser humano a sentirse, de una vez, ciudadano en posesión de sus
derechos más elementales, hoy pisoteados en Europa desde Lisboa a
Berlín.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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