
ATALAYA COMUNISTA EN JEREZ DE LA FRONTERA. email:atalayacomunista@gmail.com Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.
domingo, 15 de julio de 2012
ALMUDENA GRANDES "HERMANA ESPIRITUAL" DE LA NEOFRANQUISTA ANDREA FABRA
15 de Julio del 2012
“Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es ser pobres. Lo hemos sido casi siempre, pero eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás.” Almudena Grandes
Carlos Tena
Tamaña gilipollez, uno de los tópicos más repugnantes que pueden publicarse en estos tiempos asesinos, salió de la pluma de la juntaletras Almudena Grandes, consorte del pesebrero Luis García Montero, para ratificar el “que se jodan” de la franquista Andrea Fabra, cuando su jefe Rajoy anunciaba recortes en las prestaciones de los parados.
La Grandes, que jamás ha sabido lo que es la pobreza, nada en las aguas templadas de Prisa haciendo caldo a la dirección y al gobierno del PP mientras los miles de euros que recibe por esta clase de afirmaciones, entran en su cuenta corriente para tranquilidad de la economía familiar.
Tamaña canallada “literaria” no se le ocurrió a la autora de la espantosa novela “Las edades de Lulú” a la hora de condenar a Cuba, cuya población es pobre, pero alegre a pesar de un bloqueo asesino de más de 50 años, porque conoce que el poco dinero que entra y produce la isla, se reparte entre los once millones de ciudadanos/as en forma de sanidad, educación, vivienda, trabajo y cultura.
La Grandes no ignora que Rato, Botín, Sáez y demás estafadores imputados en delitos económicos de diverso calado, son culpables directos de esa “alegría” que nos invade a los españoles cuando el PPSOE reduce y congela salarios, pensiones y esperanzas.
La Grandes anima a que el PPSOE siga aumentando precios, ivas y horas de trabajo, para que nuestro “jolgorio” ante la pobreza no desaparezca, aunque lluevan pelotas de goma.
El sueldo que la susodicha recibe de Prisa debe cuidarse, para que Almudena siga mostrando su servilismo con todo esplendor, como asalariada de quienes cooperan en el atraco bestial que banqueros y empresarios llevan perpetrando desde hace décadas.
Andrea Fabra dedicó a los parados un “Que se jodan” tan miserable como comentado. Almudena Grandes apostilla a la fascista pepera con la frase que encabeza este comentario, que podría resumirse en esta otra: “Cuanto más pobres, más felices somos”.
Ella debe ser muy desgraciada.
DAVID VILLA " HE MOSTRADO SIEMPRE MI APOYO Y AHORA MAS SI CABE POR EL CONFLICTO".
15 de julio del 2012
El futbolista David Villa ha participado hoy en una concentración en el pozo Candín, en Langreo, en el que cuatro mineros llevan 48 días de encierro, para mostrar su apoyo a la minería y ha deseado que el conflicto en el sector “se solucione cuanto antes”.
David Villa, que procede de familia minera, ha pedido que “se escuche” a los mineros ” y “se les tenga en cuenta”.
El futbolista del FC Barcelona ha dicho, en declaraciones a los periodistas, que ha vivido todo este asunto “desde la lejanía”, pues no podía visitar las cuencas mineras, de donde él procede, por cumplir con sus entrenamientos.
“He mostrado siempre mi apoyo y ahora más si cabe por todo el conflicto. Ojalá acabe pronto”, ha explicado.
El delantero asturiano ha apuntado que ha hablado directamente con los mineros encerrados y ha reconocido que estaban “animados y fuertes” y “no iban a parar porque estaban luchando por sus derechos”.
“Su entereza demuestra las ganas que tienen para que la minería siga adelante”, ha recalcado.
Tras participar en la concentración, Villa ha podido hablar por teléfono durante unos minutos con los trabajadores encerrados en el pozo y les ha transmitido su apoyo y ánimo.
Anteriormente, el futbolista participó en su localidad natal, Tuilla, en la clausura del acto de clausura de su quinto campus oficial, en el que han estado más de un centenar de niños.
En la concentración de esta mañana en el pozo han participado cientos de personas, entre las que se encontraba el delegado sindical de SOMA-FITAG-UGT en Candín, Manuel Robles, quien ha señalado que los cuatro mineros encerrados “tienen fuerza y ánimo”, aunque “hay desgaste después de tantos días”.
Robles ha dicho que siguen de cerca todas las acciones que se llevan a cabo desde el exterior, que es “lo que les mantiene vivos”.
Asimismo, ha reconocido que las familias están llevando a cabo un gran sacrificio y “han sido ejemplares en su apoyo”.
Por otro lado, el delegado sindical ha anunciado que habrá movilizaciones “más contundentes” y las acciones que se están llevando a cabo en las cuentas mineras las trasladarán a otros puntos de Asturias.
También ha pedido que el Gobierno cumpla lo pactado con el sector y que convoque la reunión de comisión de seguimiento.
EL SOCIALISMO: SUS FUNDAMENTOS CIENTIFICOS
MA.GAV.RO.CHE.
Con el nombre de socialismo (y también, de comunismo) se designan las pretendidas alternativas teóricas y prácticas al actual régimen social capitalista. Esta denominación común a todas ellas refleja la comprensión, intuitiva o consciente, de que el progreso social exige completar el proceso de socialización de la producción y de la vida que el capitalismo impulsa como ningún otro sistema anterior, a pesar de que éste lo subordina y sacrifica constantemente al principio de la propiedad privada. Esta contradicción es la que determina el sufrimiento de las diversas clases oprimidas contemporáneas y sus diversos programas políticos.
La primera expresión histórica del socialismo surge como desengaño de estas clases con respecto a los ideales de “libertad, igualdad y fraternidad” de la revolución burguesa, particularmente de la Gran revolución francesa de 1789. Si bien la burguesía había esgrimido el arma de la razón y de la ciencia, y se había comportado como una clase auténticamente revolucionaria frente a los privilegios feudales y absolutistas, el régimen de producción capitalista que instauró seguía siendo un régimen de clases, basado en la propiedad privada y en la explotación del hombre por el hombre. Los primeros socialistas se emplearon en criticar las contradicciones del capitalismo, en tratar de convencer a la burguesía de sus “errores” y en dar ejemplo de sus alternativas mediante experimentos aislados. Y es que, en los albores del siglo XIX, todavía estaba muy poco desarrollada la gran industria capitalista: 1º) sólo ella desarrolla el conflicto entre la burguesía y el proletariado y conflicto entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción privadas; 2º) sólo ella proporciona los medios para resolver dichos conflictos. Por eso, el socialismo de Saint-Simon, Fourier, Owen y otros, a pesar de contener los gérmenes del futuro socialismo científico, no podía por menos de ser utópico, fantástico.
Más adelante, con el desarrollo del movimiento obrero autónomo, aparecen los primeros dirigentes teóricos y prácticos comunistas, que toman resueltamente partido por la lucha de clase del proletariado, pero que todavía no están en condiciones de romper con la utopía y de situarse plenamente en el terreno de la realidad y de su comprensión científica, como Cabet, Dézamy, Blanqui, Weitling, Proudhon y los cartistas ingleses.
El socialismo se asienta ya sobre una base científica gracias a la labor de Carlos Marx y Federico Engels, en un momento en que la revolución industrial marcha a todo vapor impulsando el desarrollo de la técnica y de las ciencias naturales, en un momento en que la clase obrera ya ha dado sus primeras batallas políticas y revolucionarias, en un momento en que el pensamiento de la burguesía ha alcanzado sus cumbres en la filosofía clásica alemana y la economía política inglesa.
No obstante, el socialismo científico no se convirtió espontáneamente en la guía de la lucha de emancipación de los oprimidos, sino que debió luchar contra las ideas utópicas, falsas, de las anteriores doctrinas socialistas sustentadas en la ideología burguesa dominante, en la todavía escasa diferenciación del proletariado con respecto a la masa pequeñoburguesa de la población, en la tradición y la inercia, en la inexperiencia de amplias capas de trabajadores, etc. Esa interferencia del ambiente burgués ha continuado a lo largo de la historia dando lugar a nuevas versiones de socialismo inconsecuente –a veces, abiertamente reaccionario- de tipo reformista, nacionalista, anarquista, revisionista (socialdemócrata, trotskista, jruschovista,…).
El socialismo científico
El socialismo científico parte de la constatación de que el proceso de socialización de la producción bajo el capitalismo coincide con el proceso de proletarización de la masa de la población. Es decir, el capitalismo tiende a convertir a la mayoría de la humanidad en una clase obrera cuyas condiciones de explotación le obligan a luchar contra la burguesía, a la vez que, como clase desposeída, está en condiciones de abolir la propiedad privada sobre los medios de producción y de resolver, por consiguiente, la contradicción fundamental del capitalismo. Por eso, el socialismo sólo puede ser obra del proletariado: el socialismo científico no es más que la “expresión teórica del movimiento proletario”. “El comunismo es la doctrina de las condiciones de liberación del proletariado.
Tanto para orientar la lucha de la clase obrera contra el Poder político burgués como para definir los fundamentos de la nueva sociedad que ha de suceder al capitalismo, el socialismo científico analiza el conflicto fundamental que desgarra internamente a la vieja sociedad capitalista.
1) Contradicción entre la producción social y la apropiación privada capitalista.
Frente a la pequeña explotación de los trabajadores dueños de sus medios de producción, propia de la Edad Media, la burguesía capitalista –en busca de la explotación más provechosa de sus obreros y espoleada por la competencia- concentró y desarrolló aquellos medios individuales y diseminados para convertirlos en medios de producción sociales. Sin embargo, ha continuado la división espontánea del trabajo y la producción mercantil: el poseedor de los medios de producción sigue apropiándose el producto aunque ya no sea el producto de su propio trabajo sino del trabajo de otros, de sus empleados. El modo de producción está sometido a una forma de apropiación cuyos fundamentos ha minado. Aquí está el germen de todos los conflictos sociales actuales.
2) Contradicción entre el proletariado y la burguesía.
Con el capitalismo, el trabajo individual independiente ha ido perdiendo poco a poco todo su valor y al trabajador no le ha quedado más remedio que someterse al salario del capitalista. Se ha producido la separación entre los medios de producción, concentrados en manos de los capitalistas, y los productores, reducidos a no poseer nada más que su fuerza de trabajo. La contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista se manifiesta bajo la forma de un antagonismo entre el proletariado y la burguesía.
3) Contradicción entre la organización de la producción en el interior de cada empresa y la anarquía de la producción dentro de la sociedad.
En toda “economía de mercado”, cada productor de mercancías las hace con los instrumentos de producción de que por casualidad dispone y en vista de las necesidades individuales de cambio; nadie sabe qué cantidad de su artículo irá al mercado, ni aun, en general, qué necesidad hay de ese artículo; nadie sabe si su propio producto satisfará una verdadera necesidad, si cubrirá sus gastos o siquiera si podrá venderse. Domina la anarquía de la producción social. El carácter social de la mercancía se manifiesta en la compraventa, mediante la coerción que la competencia ejerce sobre el productor. El producto domina a los productores. Esta anarquía de la producción social obliga a cada capitalista a una organización creciente de la producción en su propio establecimiento, con lo que aumenta a su vez la anarquía, la lucha entre capitalistas aislados, entre industrias y entre naciones, las guerras. El vencido es despiadadamente eliminado. La contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista se manifiesta como antagonismo entre la organización en cada fábrica y la anarquía en el mercado.
Estas contradicciones impulsan la continua socialización de las fuerzas productivas bajo el capitalismo –la cual proporciona la base material para construir una nueva sociedad socialista-, a la vez que espolean la lucha de clases que conducirá al proletariado a conquistar la dominación política para acometer esta reorganización de la sociedad. Y ésta consistirá necesariamente en la apropiación por la sociedad en su conjunto (por el Estado proletario mientras todavía queden diferencias de clase) de los medios de producción sociales, la eliminación de la burguesía como clase (y con ella, del proletariado como clase), la supresión de las relaciones monetario-mercantiles y de la anarquía de la producción social para sustituirlas por la planificación central de la misma. Todo ello, claro está, en la medida en que se trate de fuerzas productivas a las que el capitalismo ya imprimió carácter social. Para las demás, será el socialismo el que tenga que desarrollar su carácter social de manera progresiva, consintiendo entretanto determinadas expresiones colectivas o individuales de propiedad privada y, con ellas, ciertas relaciones de mercado y cierta burguesía y pequeña burguesía.
¿DE QUE HA SERVIDO EL REFORMISMO O LA SOCIALDEMOCRACIA O EL SOCIALLIBERALISMO EN ESPAÑA?
15 de julio del 2012
Pedro Pascual
Esta
serie de artículos que se inicia hoy con esta introducción es debida
tanto a la situación actual, en la que se está produciendo una batalla
ideológica, de cuyo resultado dependerá la respuesta de los trabajadores
a la crisis, como a la reflexión producida tras la lectura del
didáctico libro de Juan Antonio Andrade Blanco, El PCE y el PSOE en
(la) transición,
estudió que incide en como los cambios ideológicos de los partidos de
izquierda están directamente relacionados con la contestación de la
clase obrera en la lucha de clases en la que estamos inmersos.
Pero antes de proseguir me parece muy interesante exponer la siguiente cita, como hecho probado del engaño al que estamos siendo sometidos:
“Más bien habría que partir del hecho muy notable, quizá incluso sorprendente, de que una crisis económica, y hasta cultural y política, de las dimensiones de las que están soportando las sociedades capitalistas en estos años [..] lejos de desembocar en un nuevo prestigio de las ideas básicas de la tradición marxista, o socialista en general, más bien esté resultando agente o, por lo menos, coetánea si no agente, de un período de escaso predicamento de ideas marxistas, en particular, y socialistas en general, en los países capitalistas.
Dentro de la relatividad de todas las comparaciones, se puede decir que la crisis de [los años] 30, que fue sin duda más grave todavía, no tuvo sin embargo efectos parecidos en cuanto a desgaste o degradación del prestigio del socialismo marxista y del socialismo en general. Sin duda, la crisis del 30 provocó una enérgica reacción defensiva de las clases altas de Europa. Todos los fascismos en Europa y el nuevo trato, la nueva política económica de la administración norteamericana en Estados Unidos, se pueden considerar como reacciones y elaboraciones defensivas de la gran crisis del 30. Pero, en el plano ideológico, en el plano de las ideas políticas y sociales, sin que dejara de haber intelectuales que adoptaban posiciones de derecha radical, particularmente en países latinos y también en Alemania, sin embargo, la gran mayoría más bien experimentó un impulso contrario. Es una época, la de la crisis del 30, en que la intelectualidad de los países capitalistas en general, y los de Europa Occidental en particular, más bien se ven llevados a soluciones cuando no abiertamente marxistas sí al menos vagamente socialistas.
En cambio, ahora en esta crisis, seguramente la segunda en importancia en el siglo después de la del 30, las clases altas parecen no necesitar defenderse, por así decirlo, sino que en los países capitalistas más bien parecen encontrarse al ataque, a la ofensiva, sin practicar políticas de alivio de los inconvenientes del sistema, como lo fue el keynesianismo a raíz de la nueva política económica norteamericana de los años 30, y hasta abandonando medidas sociales o benéficas que eran un patrimonio táctico, común, de las clases altas europeas, prácticamente desde Bismarck, desde finales del siglo XIX. Incluso gobiernos de una tradición de izquierda, como pueda ser el del [pasado] gobierno español, reaccionan en la crisis con cierta holgura respecto de las clases trabajadoras permitiéndose disminuir subvenciones o apoyos, absteniéndose por lo tanto de utilizar técnicas paliativas que en otras épocas habían sido la base de la obtención de un consenso mínimo. Y en cuanto a los intelectuales, de todos es conocido el flujo, más o menos importante, incluso de los que eran de izquierda hacia la derecha, y entre los mismos economistas, que suelen ser intelectuales un poco más sobrios que los demás, que los filósofos o los sociólogos, menos expuestos al vaivén de modas, también es moda empezar a subestimar, una vez hecha la salvedad de rigor de que Marx ha producido el único intento de teoría general del sistema, pero ahora también empieza a ser moda subestimar su aportación. Ya hoy no están de moda expresiones, como las de Schumpeter o Leontief, elogiando la calidad intelectual del pensamiento dinámico y totalizador del sistema de Marx.”