EL PUEBLO VENEZOLANO ELIGIO PROFUNDIZAR EL SOCIALISMO
Las autoridades del Consejo
Nacional Electoral anuncian una participación record del 80.94% del
padrón electoral. Chávez: 54,42% con 7.444.082 – Capriles 44.97% con
6.151.544. El pueblo rojo rojito festeja en las calles de Venezuela.

Inédita. Histórica. Ejemplar. Cabilla.
Todo esto y mucho más ha sido la jornada electoral en Venezuela.
Exorcizados los riesgos de violencia, si la Derecha apelar al argumento
del fraude será apenas por no defraudar a su audiencia; podrán señalar
algún fallo del sistema, de seguro, pero por irrelevante no pasará de
anecdótico: Ellos y nosotros sabemos que no han torcido la inclinación
de la balanza.
Aquí lo que hay es fiesta. Desde
temprano. Mucho antes del anuncio oficial de los resultados, al final
de la tarde, en diversas comunidades populares la gente optó por
celebrar en sus territorios, en respeto al acuerdo de esperar la
palabra del árbitro electoral. Pero la alegría no daba para aguantar
tanto, y los alrededores del Palacio presidencial, en Miraflores,
comenzaron a llenarse con los que no querían quedar tan lejos del
Balcón del Pueblo: “¡Les dimos pela!”, decía un motorizado al pasar.
Recién nos sumamos al festejo de esta
victoria y no es que queramos irnos temprano; se trata de no perder de
vista lo que ha estado en juego, los riesgos que sorteamos, los
escenarios que plantea y las tareas que impone este último triunfo al
movimiento popular y a la Revolución Bolivariana. Al fin y al cabo, y
como ha repetido hasta el cansancio el mismo Presidente, el objetivo
final no es su perpetuación en Miraflores sino la construcción del
Socialismo del SXXI.
Aquello de profundizar la Revolución
tiene que convertirse en tuétano: Para la estructura de gobierno sobre
la cual descansa el joven Estado Bolivariano y para el chavismo
popular. Y ya sabemos que, en este caso, compartir la consigna no
siempre implica coincidir en los términos.
Le tomamos la palabra al compañero
Presidente: a reconocer y rectificar para hacer “un mejor gobierno”.
Nomás comiencen por escuchar, con humildad y de corazón: A demoler ya
lo que queda del aparato del viejo Estado; a combatir la burocracia; a
acelerar los mecanismos legales que garanticen el ejercicio del poder
en manos del pueblo. Ésta última condición es la única garantía de
continuidad del proyecto socialista bolivariano. Hay que decirlo, la
Derecha sale fortalecida de este último lance electoral, sin duda. El
análisis y la adecuada lectura de estos resultados en detalle, a escala
regional y nacional, es tarea urgente. Por lo pronto, no bajemos la
guardia: ni ellos ni sus patrones internacionales lo harán.
Desde el movimiento popular, huelga
decirlo: Nosotros mismos somos. Hemos dado sobradas muestras de la
capacidad de organización, de movilización y de acción propositiva. No
estamos solos. Contamos con la solidaridad activa de los hermanos
latinoamericanos y de otros continentes, en la defensa de este
proyecto, que nos compromete pero que nos trasciende. Aquí nos jugamos
la esperanza de ese pueblo sin fronteras que es todo ser humano, toda
persona en el mundo que sigue creyendo en la utopía de un mundo más
justo.
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