ATALAYA COMUNISTA EN JEREZ DE LA FRONTERA.
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Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.
miércoles, 18 de julio de 2012
PELICULA LA MEMORIA DEL SAQUEO: ESPAÑA, LA ARGENTINA EUROPEA, HACIA UN NUEVO " AÑO DEL HAMBRE"
Julio García Brun
1.- Argentina, para hacer frente a la
hiperinflación estableció en 1991 la paridad completa entre el peso y
el dólar. Si la medida era efectiva contra la inflación, impidió
cualquier medida monetaria para ajustar la economía a las
perturbaciones externas, tales como la apreciación del dólar. Los
efectos inmediatos parecieron dar la r…azón al hampa gobernante en
Argentina: Descenso de los tipos de interés, crecimiento económico
hasta el 98, descenso de precios, aumento de la tasa de inversión… En
España no se estableció la paridad peseta-dólar, sino algo peor. La
soberanía monetaria se cedió en favor del Euro, una moneda que llegó a
valer casi un dólar y medio.
2.- En Argentina, desde principios de los 90 se dio libre circulación
a los capitales: aumento de depósitos y créditos en dólares, libre
entrada a la inversión directa y en cartera o financiera, eliminación
de las barreras de entrada a los bancos extranjeros, libre emisión
bancaria de títulos negociables en moneda extranjera, entrada sin
limitaciones del capital extranjero en compañías de seguros, fondos de
pensiones, etc, es decir, en el sector financiero… En España, estos
mismos fenómenos estaban “constitucionalizados” por la pertenencia del
país a la UE.
3.- En Argentina se procedió a la privatización masiva de todo el
sector público. El efecto de estas subastas y remates, además
determinadas por la corrupción institucionalizada y endémica, fue una
inmediata subida de los ingresos públicos. Eso, exactamente, ocurrió en
España. Las privatizaciones comenzadas por González y desde su origen
marcadas por la corrupción (el caso Intelhorce puede ser el más
paradigmático) Se hicieron sistemáticas y masivas con Aznar. El
resultado fue un inmediato superávit de las cuentas públicas.
4.- Pero, en Argentina, la entrada masiva de capital extranjero
provocó una revalorización del dólar desde mediados del 95 y, además,
un aumento inmediato de la deuda externa puesto que la inversión
directa fue mínima comparada con la inversión “en cartera”, es decir,
en adquisición de bonos denominados en dólares y en préstamos
bancarios. En otras palabras, no se trató de ninguna inversión
productiva, sino de la expansión brutal del crédito utilizado como
herramienta para aprovechar las privatizaciones, la almoneda pública.
El saqueo del sector público argentino se hizo en atención al
principio: “apúntamelo y ya te lo pagaré”. El dinero desapareció, pero
la deuda no. En España, ese papel de inversión “a cuenta” y sin ninguna
base productiva, lo ha jugado la construcción, intrínsecamente
corrupta, pues toda ella dependía de la voluntad de los alcaldes y del
control político del crédito a través de las Cajas de Ahorro. La
construcción en España (recuérdese que se consumía más cemento que en
todo el resto de la UE) ha sido, exactamente, lo que la “inversión
extranjera” en Argentina: un círculo vicioso de créditos de ida y
vuelta entre las constructoras y los compradores de vivienda sin
ninguna garantía real que lo pudiera sostener. El resultado es que el
endeudamiento del sector financiero durante la década ominosa del
ladrillo, se convierte en deuda del Estado, una deuda tal que en el
corto espacio de una legislatura, ha hecho que España pase del
superávit a la quiebra.
5.- En Argentina, la apreciación del dólar provocó la inmediata
pérdida de “competitividad”, es decir, la caída drástica de las
exportaciones y de la capacidad para exportar. Idéntico papel tiene en
España el Euro.
6.- En argentina, la apreciación del dólar empeoró gravemente el
problema de la deuda externa provocado por la entrada de capitales, no
reales, sino en forma de deuda que además se concentraban en bienes no
comercializables; a lo que se añadía la inexistencia de un “prestamista
de último recurso”. En España, la deuda está concentrada, casi de forma
absoluta, en bienes no comercializables, es decir, en ladrillo y el
“prestamista de último recurso”, el BCE actúa como combustible del
problema en tanto que a quien presta es a bancos privados a interés
mínimo los cuales utilizan esos fondos públicos para operaciones
especulativas contra el Estado, es decir, forzando en las subastas de
deuda pública el aumento de los tipos que el Estado ha de pagarles
(reciben al 1% y prestan al 7%) Y esta situación se vuelve también
endémica dado que los mayores titulares de la deuda son bancos
españoles, esto es, una oligarquía financiera infiltrada, sin solución
de continuidad, en las estructuras políticas estatales.
7.- En Argentina, las sucesivas ayudas del FMI fueron condicionadas a
la reducción drástica del déficit público provocando el inevitable
efecto del “self-defeating”, de la quiebra autoprovocada, ya que el
recorte del gasto público acentuó la recesión, generando menos ingresos
fiscales, más gasto público (más deuda, más intereses por la deuda e
intereses más altos) y mayor déficit presupuestario: el perfecto
círculo vicioso. En España está ocurriendo, de forma brutal lo mismo y
el “self-defeating” se está acelerando exponencialmente en la misma
medida en que la UE, para beneficio de Alemania, impone condiciones
cada vez más draconianas a sus “ayudas”.
8.- El resultado en Argentina fue la quiebra del Estado y la
hambruna extendiéndose por el país. En España, aún, estamos en el punto
7, dirigiéndonos, firmemente, a un nuevo “Año del Hambre”.
¿Qué hacer? Abandono del Euro; expropiación inmediata de bancos y
compañías de seguros; condonación plena de la deuda pública mantenida
con los bancos expropiados (más del 64% de la deuda pública del Estado);
confiscación en concepto de responsabilidad civil extra delicto de los
capitales y patrimonios personales de consejeros y presidentes de las
entidades expropiadas; y confiscación sin resarcimiento de los
capitales refugiados en SICAV y otros tinglados financieros.
Todas estas son medidas que pueden tomarse dentro de la legalidad
constitucional. Si la expropiación de bancos sin justiprecio encontrara
algún problema legal, bastará fijar dicho justiprecio en función del
valor real de la entidad. Una entidad en quiebra es una entidad con
valor igual a cero o negativo. No se trata, pues, de la revolución
pero, aún así, IU retrocedería espantada ante una propuesta como esta.
Una vez más, la catástrofe española trae causa de la absoluta miseria
de la dirección obrera, pues nadie, salvo la clase obrera, puede
sostener tales decisiones.
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