LAS ENSEÑANZAS DE LA LUCHA MINERA

23 de Julio del 2012.
Por Luis Ocampo
Quizás porque los acontecimientos se
aceleran, quizás porque a los medios de comunicación no les interesa
hablar ya del tema, seguro que por una mezcla de ambas cosas, el caso es
que se ha dejado de hablar de la lucha minera. Sin embargo parece
imprescindible analizar lo que ha ocurrido con ésta, para sacar algunas
enseñanzas útiles para el futuro del movimiento popular.
La lucha de la minería y
particularmente la llamada “Marcha Negra”, ha demostrado la alta
conciencia del Pueblo Trabajador, su impresionante capacidad de
solidaridad y apoyo hacia una causa que consideran justa. El
recibimiento que se dio a la marcha minera en todos los pueblos del
recorrido fue espectacular. La que se dio en Madrid, simplemente
impresionante.
Esta respuesta popular pone de
manifiesto que la mayoría social está harta del Sistema actual y sus
políticas. La lucha de la minería también puso de manifiesto la absoluta
necesidad de la participación de las mujeres, como sujeto
socio-político propio, en cualquiera movilización que pretenda tener un
cierto alcance y recorrido.La lucha de la minería también nos ha
demostrado que las diversas formas de acción son legítimas y útiles para
avanzar, siempre y cuando se pongan precisamente al servicio de esa
lucha.
Desgraciadamente esta etapa de la lucha
de la minería nos ha demostrado que CC.OO. y UGT siguen teniendo una
larga mano, así como capacidad para manipular las luchas obreras,
llevándolas de una forma programada a un callejón sin salida.
Todo iba perfecto, la marcha negra iba
generando un apoyo social impresionante, en las comarcas mineras se
mantenía un alto nivel de movilizaciones así como el pleno apoyo de la
ciudadanía a las reivindicaciones propuestas, que incluso llevó a
generar importantes contradicciones en el seno del PP leonés. El
recibimiento en Madrid fue más allá de lo que se podía prever. Todas las
condiciones para dar la batalla final con expectativas de éxito estaban
dadas, pero las direcciones de CCOO y UGT ordenaron la retirada sin que
esa batalla se llegara a dar.
Todo
lo que ocurrió antes y durante la marcha eran, objetivamente,
preparativos que avanzaron adecuadamente para que la batalla de Madrid
se pudiera dar en las mejores condiciones: alta organización, apoyo
social amplísimo, debilitamiento de las posiciones del Gobierno…, pero
para ganar una batalla hay que darla y eso fue lo que impidieron, por
sus métodos habituales, CC.OO. y UGT.
UGT y CC.OO., CC.OO. y UGT, prefirieron
ver volver a los mineros derrotados, después de haberse empleado a
fondo para dar la batalla, por abandono del escenario principal de la
confrontación, Madrid, a ver como estos se fundían con el potente
movimiento popular en esta ciudad, movimiento que estos sindicatos no
controlan, y que hubiera sido un factor clave para impulsar una victoria
de la lucha minera.
Cuando CCOO y UGT frenan directa y
abiertamente las luchas , tal como venían haciendo en los años pasados,
generan obviamente problemas al conjunto del movimiento obrero, pero
cuando, tal como hacen ahora, “dirigen – manipulan” las luchas para que
éstas, ya inevitables, se salden con derrotas y por tanto con desanimo,
pérdida de autoestima y desconfianza en la movilización, están actuando
aún de forma más infame.
Impedir que la “Marcha Negra”, pasase por Valladolid fue todo un antecedente de lo que iba a ocurrir en Madrid.
Una semana de acampada de la marcha
minera en Madrid, hubiera permitido que la solidaridad con ésta hubiera
confluido con la respuesta a los últimos y brutales recortes del
Gobierno. El resultado de la sinergia entre ambas cosas la hubiera
convertido en imparable. Obviamente las direcciones de CCOO y UGT y sus
alter egos políticos, tenían que saber lo que el gobierno se traía entre
manos. Había que retirar de Madrid, fuera como fuera, la marcha de la
minería.
En cualquier caso estas maniobras no
impedirán que el movimiento popular avance. La gente aprende cada vez
mas rápido a distinguir entre aquell@s que están realmente en la linea
de aportar soluciones a los problemas del Pueblo Trabajador y de
aquellos que se movilizan para “amagar” que están con la gente, pero que
en el fondo solo buscan mantener su estatus quo.
Dos conclusiones principales: La
primera que el movimiento popular tiene ya la suficiente potencia como
para que los de siempre no quieran que las luchas controladas por ellos
se entremezclen con ese movimiento popular. La segunda, CC.OO. y UGT aun
siguen manteniendo una capacidad significativa de instrumentalización
en el seno del movimiento obrero.
De que lo primero vaya reforzándose y lo segundo debilitándose depende en buena medida el futuro del Pueblo Trabajador
(*) Luis Ocampo, Comuner@s del S.XXI
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